Muchas veces ocurre que empezamos una relación con alguien y vemos como la persona que nos gusta no se implica tanto como quisiéramos, empieza a poner excusas para no quedar, atiende más a los amigos, a sus intereses, y aunque pareciese que al principio quería un compromiso, nos vamos dando cuenta de que no nos dedica ni el tiempo ni la atención deseada.

Puede ser que la relación no le satisfaga, pero muy a menudo, si la persona no es clara, y todo apuntaba a que la cosa iba a funcionar, cuando de repente decae en picado, podemos poner un nombre al asunto: Miedo al compromiso

Las personas con miedo al compromiso, aunque tengan la ilusión de tener una persona a su lado, no son capaces de llevar a cabo una relación de pareja estable y duradera. Cuando ven que la relación se empieza a poner seria, sienten malestar emocional. La falta de control de las propias emociones, juntamente con los pensamientos negativos acerca de la relación, dificultan el compromiso.

Estas personas suelen pensar que no serán capaces de cumplir con las expectativas, se agobian por sentir que están atadas, tienen miedo a equivocarse, a que la otra persona dependa afectivamente de él o ella, sienten miedo a que se les presione para tener hijos, etc., un sin fin de preocupaciones de lo que podría a llegar a ocurrir y de lo que tienen que dejar de lado para comprometerse. A veces se sienten más atraídos/as por el enamoramiento en sí, que, por la persona en concreto, por lo que van repitiendo inicios de relaciones que no llegan a ninguna parte.

Frecuentemente, acaban por terminar la relación de forma inexplicable, porque el grado de estrés que les supone gestionar tal malestar es tan grande, que sienten alivio cuando cortan la relación, al menos a corto plazo, porque hay veces, que tiempo después pueden sentir arrepentimiento por la decisión que tomaron, o por todo lo que perdieron.

Si sientes que estas llevando a cabo una relación con una persona que no desea comprometerse contigo, lo mejor es hablarlo y llegar a un acuerdo que os satisfaga a ambas partes. Se puede amar sin compromiso, pero tendrás que olvidarte del sentimiento de pertinencia, canalizar tus celos, y desarrollar estrategias para ser una persona más independiente. Si no deseas una relación abierta la mejor opción es apartarte porque seguramente vayas a salir dañado.

Si te sientes identificado/a con el hecho de tener miedo al compromiso y en el fondo deseas poder tener una relación verdadera, te recomiendo que trates de analizar cuál es la causa principal del malestar que se genera en ti cada vez que llega el momento de profundizar en una relación de pareja. No te cierres en ti mismo/a, expresa tus emociones y sentimientos. Es necesario que aprendas nuevas estrategias para trabajar el miedo y la preocupación para no dejarte arrastrar por la indecisión, para así poder superarlo y ser capaz de vivir la experiencia de amor que tanto anhelas.

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Nuria Cusiné